domingo, 16 de marzo de 2014

ARTE GÓTICO


Los elementos esenciales que caracterizan el estilo gótico ya existían con anterioridad al nacimiento de este estilo arquitectónico, toda vez que se hallan dispersos en edificios de edades anteriores. El arco apuntado fue conocido por los egipcios, asirios, indios y persas de la dinastía sasánida, aunque su uso no era muy corriente. La arquitectura islámica también lo conoció e hizo un uso amplio de él, su ejemplo conocido más antiguo se encuentra en la Cúpula de la Roca, en Jerusalén, construido entre los años 687 y 691, otros ejemplos de gran calidad y belleza de su uso son las mezquitas de Samarra en Irak y la Mezquita de Amr en Egipto, cuyas construcciones se realizaron a mediados del siglo IX.

PERIODO

Gótico florido: o más tardío. Se caracteriza por los adornos exuberantes.
Gótico internacional. Se presenta en la pintura, escultura y decoración.

ARQUITECTURA

La arquitectura gótica es la forma artística sobre la que se formó la definición del arte Gótico, el estilo artístico comprendido entre el Románico y el Renacimiento, que se desarrolló en Europa Occidental —cristiandad latina— en la Baja Edad Media, desde finales del siglo XII hasta el siglo XV, aunque más allá de Italia las pervivencias góticas continuaron hasta los comienzos del siglo XVI.

ARQUITECTURA: CASTILLOS, IGLESIAS GÓTICAS.

Como elemento esencial se utilizó la bóveda de crucería ojival, el arco apuntado, los arbotantes y contra fuertes ambos eran de gran altura y luminosidad, el parte luz, el rosetón y un elemento característico de éste fue el pináculo.
Sus iglesias generalmente tenían tres o más naves con cruceros, un ejemplo es la catedral de burgos, la catedral de Barcelona y la palma Mallorca todas son localizadas en España.

Los dos elementos estructurales básicos de la arquitectura gótica son el arco apuntado u ojival y la bóveda de crucería, cuyos empujes, más verticales que el arco de medio punto, permiten una mejor distribución de las cargas y una altura muy superior. Además, la parte principal de estas son transmitidas desde las cubiertas directamente a contrafuertes exteriores al cuerpo central del edificio mediante arbotantes, quedando la mayor parte de aquéllos libres para acoger una extraordinaria superficie de vanos ocupados por amplias vidrieras y rosetones que dejan paso a la luz.

Destaca la iconografía y la iconología.

La iconografía de temas bíblicos, personajes, simbología y de la ornamentación.

Las estaciones del año tenían las siguientes representaciones:

Primavera: Una joven portando flores
Verano: Esa misma joven con un haz de espigas.
Otoño: La joven con un cesto de frutas
Invierno: Un anciano arropado

Los cuatro elementos también tenían símbolo:

Tierra: Señora cargada de frutos y anímales
Aire: Un ángel soplando
Agua: Líneas serpentinas con naves, peces, etc.
Fuego: Una hoguera o una dama con una antorcha.

Pintura

La pintura gótica, una de las expresiones del arte gótico, no apareció hasta alrededor del año 1200, es decir, casi 30 años después del comienzo de la arquitectura y la escultura góticas. La transición del románico al gótico es muy imprecisa y no hay un claro corte, y podemos ver los comienzos de un estilo que es más sombrío, oscuro y emotivo que en el periodo previo, a principios del siglo XIII. El impulso decisivo de esta pintura realista cristiana se produjo en la Italia septentrional de finales de siglo. Diseminándose por el resto de Europa, el periodo gótico se extendió durante más de doscientos años.

La característica más evidente del arte gótico es un naturalismo.

En correspondencia con las nuevas tendencias filosóficas y religiosas (recuperación de la filosofía de Aristóteles a través del averroísmo, humanismo de San Francisco de Asís) se tendió a aproximar la representación de los personajes religiosos (los santos, los ángeles, la Virgen María, Cristo) en un plano más humano que divino
Se destaca

Pintura mural

Siguieron usándose como el principal medio para la narración pictórica en las paredes de las iglesias 


Maestá del Duomo de Siena, obra de Duccio di Buoninsegna, una de las obras más famosas de la pintura italiana; temple sobre madera, 214 x 412 cm


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